Los siguientes pasos de Stanley Kubrick: El Resplandor
martes, 1 de abril de 2008
El realizador necesitaba un gran éxito. Tras leer varios libros, decidió adaptar un best seller de terror de Stephen King titulado El Resplandor, la historia de una casa embrujada. Kubrick decidió no leer el guión del autor, lo cual es comprensible si se tiene en cuenta que el trabajo de King se basa en la identificación del lector con el protagonista, mientras que Kubrick prefería mantener la distancia emocional respecto a los personajes. así, el director requirió la colaboración de la escritora Diane Jonson. Con ella, se concentró en la familia desestructurada que formaban Jack, Danny y Wendy Torrance.
En los dos proyectos anteriores de Kubrick ya aparecían familias desestructuradas: Alex era un psicópata “marginado” repudiado por unos padres que no le comprendían, mientras que en Barry Lyndon adoraba a su hijo pero ignoraba a su mujer y a su hijastro. En El Resplandor, Kubrick se concentró en Jack Torrance, quien, al no poder dedicarse a escribir debido a sus obligaciones familiares, se convierte en un asesino en potencia.
El argumento es relativamente sencillo. El novelista Jack Torrance acepta trabajar como guardés del hotel Overlook durante el invierno para poder escribir. El propietario le advierte de que en 1970 el vigilante, Delbert Grady, mató a su mujer y a sus dos hijas antes de suicidarse. “Puede estar tranquilo, que eso no me va a pasar a mi”, dice Jack. Éste, acompañado de su mujer, Wendy, y de su hijo, Danny, llega al hotel un poco antes de que todo el mundo se vaya. El niño le cuenta al cocinero, Dick Hallorann, que ha tenido unas visiones terroríficas sobre las dos niñas y la habitación 237. Dick también tiene poderes paranormales, que denomina el “resplandor”. Al llegar el invierno, empieza a nevar y las líneas telefónicas se estropean. Cuando la familia se encuentra aislada del mundo, todo empieza a torcerse. Jack está bloqueado, no puede escribir y tiene la sensación de haber estado en el hotel antes. Danny ve a las dos niñas muertas en el pasillo. El niño grita y aparece con un moretón en el cuello, por lo que Wendy teme que su marido haya vuelto a maltratarle. Pero Jack ya no bebe. Tras discutir con Wendy, Jack entra en la sala de baile vacía y dice: “Daría mi alma por una cerveza”. Un camarero fantasma le sirve una copa. La locura de Jack se agrava y, durante una tormenta de nieve, persigue a su hijo pro el laberinto que hay detrás del hotel mientras Wendy se enfrenta a los fantasmas que pueblan el edificio. Madre e hijo escapan en un coche oruga y Jack muere congelado en el laberinto. En una fotografía colgada en la pared, que representa el baile del 4 de julio de 1921, se ve a Jack sonriendo.
En la película se integran dos conceptos independientes: los poderes extrasensoriales de Danny y la casa encantada. Dick Hallorann dice: “Cuando pasa algo extraordinario, pueden quedar ciertas huellas”, pero olvida mencionar que esas huellas también pueden afectar a los vivos. Jack está enfadado y frustrado porque no puede trabajar y ha perdido su capacidad de crear. La casa acentúa su furia: utiliza sus sentimientos reprimidos contra él y termina poseyéndole. Jack desea beber y descargar su violencia, y la casa le da la oportunidad de hacerlo, además de la excusa perfecta para llevar a la práctica esos deseos y volverse contra su familia. Danny tiene poderes paranormales y la casa se sirve de ellos para llegar hasta él: hace que se le aparezcan las gemelas y le piden que se una a ellas. Wendy es dócil e incapaz, pero la que más usa la casa (cocina, vigila la caldera, conecta la radio…), por eso es la última en saber qué pasa y descubrir los horrores del hotel.
Dick dice que solía hablar con su madre sin articular palabra, de lo que se deduce que los poderes paranormales pasan de generación en generación. Es el caso de la familia Torrance, aunque padre e hijo se niegan a reconocer este poder. El padre reprime todos los actos de creatividad y las visiones, y ello le impide escribir. El hijo se inventa un amigo imaginario para justificar sus visiones. El Resplandor es probablemente el más demoledor análisis de una familia desestructurada realizado por Kubrick: el instinto asesino del ser humano está fuera de control.
Los medios de comunicación, acostumbrados a que los directores exigieran aparecer en ellos, opinaban que Kubrick se había convertido en un recluso, y se llegó a apuntar que la situación de Jack en el hotel Overlook tenía ciertas similitudes con el director en su residencia de Childwickbury. Kubrick la había alquilado en 1977 mientras preparaba el rodaje de El Resplandor. Era una casona aislada, rodeada de bosques y pastos, con grandes dependencias para oficinas. Él cocinaba y hacía la colada, mientras su esposa pintaba y sus hijas jugaban. Había suficiente espacio para los perros y gatos, que Kubrick adoraba. La rutina de los Kubrick no podía ser más distinta de la existencia austera y desmembrada de la familia del hotel Overlook.
Las tomas aéreas del hotel se rodaron en el Timberline Lodge, en el monte Hood (Oregon), si bien la fachada, el laberinto y los interiores se construyeron en Gran Bretaña. Para imprimir realismo a los decorados, se fotografiaron miles de habitaciones de hotel para que Kubrick seleccionara las que iban a recrearse. La dirección de Timberline Lodge le pidió que no utilizara la habitación que aparecía en la novela, la 217, porque temían que nadie quisiera alojarse en ella. El director optó por una habitación inexistente, la 237.
En la cinta, la cámara merodea por el hotel gracias a Garret Brown, creador y operador de la steadycam, que ya se había usado para lograr elegantes travellings en Rocky (1976) y Maratón Man (1976), si bien su versión perfeccionada podía colocarse casi a ras de suelo y muy cerca de las paredes. Brown filmó la mayor parte de la película –incluso los fotogramas de imagen congelada- porque podía colocar la cámara en posiciones imposibles para los equipos convencionales. Los decorados estaban conectados entre si, de manera que el técnico podía desplazarse por ellos y hacer tomas continuas.
El rodaje tuvo lugar en los estudios Elstree entre mayo de 1978 y abril de 1979 y se estrenó un año después. Los anteriores proyectos de Kubrick se habían lanzado modestamente y habían funcionado gracias al boca a boca. Sin embargo, dado el alto presupuesto de El Resplandor –entre 10 y 15 millones de dólares-, la Warner hizo una gran campaña de promoción para recuperar el dinero invertido. Los buenos resultados en taquilla compensaron las críticas, en su mayoría negativas. Durante el primer fin de semana se llegó al millón de dólares, cifra que superaba los últimos éxitos de la empresa, El exorcista (1973) y Superman (1978). A finales de 1980, la recaudación ascendía a 30,9 millones de dólares en EE.UU., lo que reafirmaba la fe del estudio en Kubrick. Pasarían siete años antes de que el director les ofreciera otra película.
Paul Duncan
1 Comments:
Este es un post muy interesante, me gusta que pongan el por qué Kubrick realmente no quiso basarse por completo en King, yo vi la peli en hbo go y me gusta mucho, creo que es muy compleja y bizarra, además de atemorizante y se presta a muchas lecturas.
commented by Unknown, 6 de diciembre de 2013, 13:28