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Mal de Ojo

CineClub de la Universidad César Vallejo

jueves, 12 de julio de 2007


Ciclo: VISIONES DE LUZ. EL COLOR





Punch-Drunk Love
(Embriagado de amor)
Premio al Mejor Director en Festival de Cine de Cannes del 2002.
Premio al Mejor Actor y Mejor Guión en el Festival de Cine de Gijón de 1988.

www.maldeojoucv.blogspot.com
maldeojo.ucv@gmail.com



Sobre Paul Thomas Anderson


Paul Thomas Anderson nació el 26 de junio de 1970 en Studio City, California, Estados Unidos, aunque creció en el valle de San Fernando.

Tras una agitada vida estudiantil (nunca le interesó demasiado), ingresó en la New York University Film School con la intención de convertirse en director de cine, pero tras dos días de clase abandonó el curso. Decidió que si quería ser director de cine la única educación que necesitaba era la de ver películas.

Paul desarrolló su pasión por la realización desde una temprana edad y para poder alcanzar su objetivo comenzó trabajando asistente de producción en telefilmes, videclips y concursos en Los Angeles y Nueva York.

Tras conseguir participar en la producción de algunas películas independientes, Anderson tomó el dinero que su padre le había dado para que estudiara en la escuela de cine y realizó un corto llamado "Cigarettes and coffee" con una cámara que pidió prestada. Ese trabajo fue premiado en su correspondiente sección del Festival de Sundance, consiguiendo así tener acceso a las ayudas del Instituto para Realizadores del festival.

El resultado fue su primer largometraje, Hard Eight, también conocida como Sydney. La película, en cuyo reparto figuran Philip Baker Hall, John C. Reilly, Gwyneth Paltrow, Philip Seymour Hoffman y Samuel L. Jackson, fue visionada en el festival de Sundance de 1996 y tras el éxito de éste también en el festival de Cannes de ese mismo año, en el concurso A certain regard (Una Cierta Mirada). La crítica alabó la película, elogió las actuaciones y la psicología mostrada por los personajes y lo señaló como el director más prometedor de 1997.

Con su segunda película, Boogie Nights, confirmó su talento como director obteniendo, entre otros premios y nominaciones, tres nominaciones al Oscar por parte de la Academia. En el casting de esta película figuraron nombres como Mark Wahlberg, Burt Reynolds, Julianne Moore, Heather Graham, John C. Reilly, Don Cheadle, Philip Seymour Hoffman y Philip Baker Hall, los cuales formaban parte de una família de trabajadores de la industria pornográfica en este film que inspeccionaba el mundo del cine para adultos.

Aprovechando el éxito de Boogie Nights, Paul estrenó su tercer proyecto en el invierno de 1999, Magnolia. Aprovechando la mayoría del casting de Boogie Nights, PT Anderson completó el reparto con la incorporación de una estrella, Tom Cruise. El film, el favorito del director, no tardó en cosechar grandes críticas y llegó a ser premiada con el prestigioso Oso de Oro en el Festival de Cine de Berlín y nuevamente participó en la ceremonia de los Oscar con tres nominaciones: mejor canción original, mejor actor secundario (Tom Cruise) y la de mejor guión original.

Tras casi tres años, la cuarta película de PT Anderson, Punch-Drunk Love (Embriagado de Amor) debutó en Cannes participando en la sección oficial, obteniendo el premio de mejor director. Los actores que protagonizaron esta película fueron Adam Sandler, Emily Watson, Philip Seymour Hoffman, Luis Guzmán y Mary Lynn Rajskub. Las suspicacias que la película generó antes de su estreno, derivadas por la participación del cómico Adam Sandler, fueron silenciadas, si bien la película no consiguió captar la atención del público más masivo.

Durante el verano de 2005 Anderson trabajó de manera extra oficial en la próxima película de Robert Altman, 'A prairie home companion' dirigiendo algunas escenas y participando en las labores de la producción ejecutiva. En ese mismo año la pareja sentimental del director, Maya Rudolph, dio a luz al primer hijo de éstos.

Para el 2006 Paul Thomas Anderson prepara ya su siguiente largometraje, titulado "There will be blood", la primera película que dirigirá con un guión no original, ya que la película es una adaptación de la novela de Upton Sinclair "Oil!", contando para esta empresa con el afamado actor Daniel Day-Lewis.

Curiosidades:
- Suele afeitarse la cabeza cuando empieza un rodaje.
- Es muy amigo de Quentin Tarantino.
- Su película favorita es Network, de Sidney Lumet.
- Le encantan las películas de Adam Sandler, de hecho dice ser un fan declarado del actor.
- Philip Seymour Hoffman ha aparecido en todas sus películas

Galardones:
- Festival de Cannes: Mejor director (2002)
- Festival de Cine Internacional de Gijón: Mejor guión (2002)
- Festival de Cine Internacional de Berlín: Oso de Oro (2000)


Sobre Punch-Drunk Love



El cine está lleno de películas románticas, es decir, aquéllas que se fundamentan en la relación de amor entre dos personas, en cualquiera de sus múltiples combinaciones. En este sentido es innegable que el filme de Paul Thomas Anderson es una película romántica, ahora bien, desde la perspectiva de un cineasta con un estilo muy personal y poco dado a los convencionalismos. Barry Egan, el protagonista de Punch-Drunk Love, es un tipo raro en el mejor sentido del término, alguien a quien aparentemente sólo le importa adquirir el mayor número posible de natillas para juntar puntos y ganar un viaje soñado. Barry Egan lleva una vida aburrida, sin alicientes, monótona.

Por vidas así el tiempo parece que pase muy despacio. Barry intenta romper su monotonía comprándose un traje espantoso, que no se quita en todo el filme, o llevándose a la oficina un harmonium que ha rescatado de la calle. Y una noche, descuelga el teléfono y llama a un teléfono erótico, un hecho intrascendente pero que cobrará especial importancia ya que será, como en las novelas de caballería, su tour de force en defensa de su dama. Porque lo que Barry necesita es algo tan sencillo como amor, sentirse necesitado, querido, olvidar esa sensación de castración, de impotencia, que le producen sus siete hermanas, que siguen burlándose de él como si aún fuese un niño.
Barry necesita una mujer para demostrarse a sí mismo su masculinidad, no en el sentido sexual, sino en el más puro sentido de la autoestima.

Y pese a todas sus paranoias, sus fobias y recelos, en una cita a ciegas conoce a Lena (Emily Watson), una mujer que a simple vista puede parecer tenerlo todo pero que se siente inexplicablemente atraída por Barry, un ser humano,

como descubriremos, tan frágil como él, tan capaz de hacer cosas raras como él para verle (la escena inicial del coche) y que sabe cómo hacer aflorar esa parte sensible de Barry, su gran corazón, aquello que ella como mujer también necesita.
De repente, los elementos que Paul Thomas Anderson emplea para condicionarnos a lo largo de una primera media hora de filme -juegos de cámara y un empleo cargante, irritante de la música- desaparecen y, como la paleta de colores que tan metafóricamente nos muestra, comenzamos, al unísono con Barry y Lena, un viaje por una de las más extrañas pero maravillosas historias de amor del cine reciente. Para Barry supondrá además un viaje iniciático, de descubrimiento de sí mismo, lo que le supone reconciliarse con su propio yo de mano de una mujer que le quiere por cómo es, no por las apariencias, satirizadas de manera efectiva por el asunto de la llamada al teléfono erótico, símbolo de la hipocresía moral a la que nos sometemos de cara a la sociedad.

Al principio Punch-Drunk Love puede parecer una más de esas películas raras, y sin embargo hay en cada una de sus imágenes una enorme sensibilidad y un gran talento narrativo. Es una película optimista, vitalista, que no deja espacio para las dudas: hasta el más raro de nosotros tiene su lugar en el corazón de alguien. Tras conocer a Lena, de Barry ya no quedará rastro ni de sus complejos, ni de sus paranoias y sabrá re-enfocar esa agresividad que le hacía destrozar los muebles (escenas que deben ser entendidas como expresión de sus sentimientos de frustración y malestar, no como arranques de ira) hacia sus verdaderos enemigos: sus hermanas y ese empresario del sexo, que le amenaza por teléfono, perturbando su recién estrenado idilio.

Es justo decir que a pesar de la excelente dirección de Paul Thomas Anderson, nada de esto sería igual sin la increíble interpretación de un desconocido Adam Sandler, muy lejos de sus habituales papeles de tonto, y que da vida con su particular físico a Barry y le aporta ese aire entre patético y temible que resulta conmovedor. Consigue que sintamos por él la misma fascinación que siente Emily Watson, en un papel que interpreta con gran dulzura pero también con la fuerza de alguien que no teme aceptar a otro tal y como es, dejando lo aparente de lado y centrándose en la esencia. En este aspecto es muy reveladora la escena en la que ambos comienzan a besarse en la habitación del hotel diciéndose palabras de amor más propias de dos auténticos freaks.

Anécdotas

* Paul Thomas Anderson ganó el premio al mejor director en el último festival de Cannes así como el de mejor guión en el festival internacional de Gijón, donde Adam Sandler se llevó el premio al mejor actor. * La expresión punch-drunk es un término pugilístico y se emplea cuando alguien recibe un golpe que le deja como "borracho"; en castellano tenemos una palabra muy semejante: grogui. * Tanto Luis Guzmán como Philip Seymour Hoffman, son habituales en las películas de P.T. Anderson. * En la mayoría de sus películas, a Adam Sandler le gusta que sus personajes tengan nombres que acaben en "y" como Nicky, Bobby, Billy y, ahora, Barry.


César Ibáñez Chiarcos


Paul Thomas Anderson
La melancolía busca familia
Por Oswaldo Osorio





La libertad en Hollywood es privilegio de unos pocos: de quienes tienen mucho dinero o de quienes tienen mucho talento. Los primeros apelan casi siempre a la libertad megalomaniaca y caprichosa y los segundos a la libertad creativa. Paul Thomas Anderson pertenece al segundo grupo, y es por eso que ha conseguido realizar en el propio seno de la meca del cine unas películas originales y audaces y llenas de melancolía y humanismo, al principio de manera solapada y luego con la complicidad de algunas de sus instancias.

Este joven director californiano llamó la atención del mundo entero en 1998 apuntalado en el cine porno, podría decirse. Su recreación de lo que fuera aquella industria en los excesivos años setenta en la película Boogie nights fue tan llamativa como contundente, en especial por lo que consiguió con la dirección de actores y con la construcción de un relato complejo y eficaz que no sucumbió a ningún tipo de prejuicio frente a un tema tan singular como inédito.

Precisamente esta declarada fascinación por el mundo de la pornografía, y en especial por la vida de una de sus estrellas (John Holmes) había sido el inicio de su carrera como director, cuando realizó un falso documental titulado Dirk Diggler, un corto que sirvió como base para Boogie nights, pero también como sustituto de lo que, según él, pudo haber aprendido en una escuela de cine.

Su formación empírica se complementó en programas televisivos que le sirvieron no sólo para ganar más experiencia y el dinero para capitalizar su opera prima, sino también para conocer a muchos de sus colaboradores más cercanos, que lo han acompañado en sus cuatro películas, lo que en buena medida ha sido garantía del nivel de calidad y la definición de un estilo en su cine.

Este estilo tiene tanto que ver con aspectos formales como con la creación de sus personajes, la elección de sus temas y en general la concepción de un universo que cruza su obra sin importar lo distintas que sean cada una de las historias. Sidney: juego de prostitución y muerte (Hard eight, 1996), por ejemplo, es un introspectivo thriller sobre dos jugadores de cartas y una prostituta; mientras que Magnolia (1999) es una caleidoscópica mirada a las tristezas y soledades de un grupo de personas, que además es narrada con un pasmoso virtuosismo; y Embriagado de amor (Punch-drunk love, 2002) una turbadora comedia romántica con un patético hombrecito lleno de neurosis y complejos.

Lo que tienen en común estas historias es, en esencia, una preocupación, más que por lo que les pasa a sus personajes, por lo que sienten y por la forma en que el mundo y la relación con las demás personas los afecta. Es decir, en las películas de Paul Thomas Anderson se privilegia el universo de los personajes y las atmósferas que pueda crear a su alrededor por encima del argumento y del relato fácil y convencional. Aunque permanentemente en sus historias están ocurriendo cosas, incluso con una vertiginosidad a punto del colapso.

Esta preocupación por sus personajes se traduce en lo que parece ser la búsqueda permanente de una familia, o más bien, su sustituto: en Sidney... el viejo jugador encuentra a una pareja de hijos en un par de desheredados de la fortuna; Dirk Diggler en Boogie Nights la encuentra en el equipo de producción de sus películas; en Magnolia, cada quien está en pos de la familia, huyendo de ella o buscándola; y en Embriagado de amor el consternado Barry cambia a sus siete detestables hermanas por la mujer de su vida.

Todo este panorama parece muy triste y angustiante, y de hecho lo es en un principio, pero justamente se trata sólo del punto de partida de estas historias y personajes, porque por más atribulados y desolados que parezcan, siempre en el fondo hay algo alentador o esperanzador que resulta gracias a ellos mismos y que Paul Thomas Anderson nos lo presenta siempre de forma cálida y emotiva, a veces cruda pero no exenta de poesía y humanismo.



CÓMO SE HIZO "PUNCH-DRUNK LOVE"
Notas de producción
© 2002 Columbia TriStar





La génesis de Punch-Drunk Love viene de hace dos años de un artículo en la revista "Time" sobre David Phillips, un ingeniero de la Universidad de California que tropezó con una lucrativa y corriente promoción. Ahora conocido por toda la industria como el "Hombre Pudding", Phillips había acumulado 1,25 millones de millas por la compra de 12.150 tarros de puddings por apenas 3.000 dólares.

El escritor y director Paul Thomas se sintió tan intrigado por ésta historia que quiso conocer a Phillips, un encuentro que le proporcionó la inspiración inicial para el personaje de Barry Egan. Tras conseguir los derechos de la historia de Phllips, Anderson comenzó el borrador de una sincera, y si se puede decir, original comedia romántica. "Después de Magnolia, la cual fue una película de grandes, oscura y todo un reto, creo que Paul quería hacer algo que tuviera contenido, y que fuera inspirador y dulce", dice Joanne Sellar, quien empezando por Boogie Nights, ha producido las tres últimas películas de Anderson.

Da la casualidad que, Anderson ya tenía a alguien en mente para interpretar el papel de Barry. "Paul vino a verme un día y me dijo ‘estoy escribiendo esto para Adam Sandler. Anderson es un gran fan de Adam desde hace ya bastante tiempo y quería crear algo específicamente para él." Anderson abordó de la misma manera el personaje de Lena, el cual creó para la actriz británica Emily Watson.

Por casualidad, Watson estaba ansiosa por un cambio de ritmo tras sus intensas y dramáticas interpretaciones en Las Cenizas de Angela y Hilary y Jackie. "Paul me llevó al Art’s Deli y me dijo que estaba escribiendo algo para Adam Sandler. Me preguntó que quería hacer a continuación y le dije, ‘no quiero hacer nada más que llorar o reir.’ Pasamos una tarde maravillosa, charlando; por supuesto en aquel momento yo no sabía que ya había escrito un papel para mí."
Una vez que leyó el guión, Watson se sintió encantada por la posibilidad de interpretar un personaje con tan poca historia. "Estoy tan acostumbrada a tener una debilitante enfermedad o un talento especial, algo en lo que centrarme y


con lo que trabajar. Paul me dijo, ‘si cuando trabajes en este proyecto te sientes de alguna manera como has hecho con tus trabajos anteriores, descártalo’. Quería que fuera algo completamente fresco para mí como actriz".

Según Sellar, esta filosofía de "nuca he estado aquí, nunca he hecho esto" le daba forma a toda la producción. "El reto fue crear algo diferente por medio de un enfoque más intuitivo e inexplorado que en nuestras películas anteriores. Lo que Paul nos decía, básicamente, era, ‘no estoy muy seguro de por donde empezaremos, pero no empezamos aquí, por éste sitio tan conocida". Lo que significó que todos nosotros, Paul, los actores, el equipo, tuvimos que reaprender nuestros trabajos desde lo más básico".

Philip Seymour Hoffman, Luis Guzman and Mary Lynn Rajskub enseguida reunieron a Sandler y Watson, tras lo que Anderson se dirigió a la directora Cassandra Kulukundis para exponerla una nueva idea para cubrir los papeles restantes. "La idea era enfatizar el lugar único que ocupan los personajes de Adam y Emily en la película rodeándoles de no-actores, dice Cassandra. "Esto era especialmente importante en el caso de las hermanas Barry. Paul no quería contratar a actores porque quería reflejar la dura incomodidad de la familia, donde la gente regaña y hablan todos a la vez sin esperar su turno."

Por medio de "acosar a la gente en la calle," coger números de teléfono y crear un boca a boca, Kulukundis fue capaz de reunir un ecléctico grupo de no-actores para hacer la selección, incluyendo al jefe de un restaurante y varias enfermeras de urgencias. Lo mejor de todo, es que encontró una familia de verdad para encarnar a los Barry. "Me reuní con las dos hermanas y mientras hablábamos descubrí que tenían dos primos. Por eso siete de las hermanas de la película, seis no son actores y cuatro son familiares. Fue una locura, especialmente porque le pedimos a algunas de las mujeres que trajeran a sus maridos, pero todos encajaron perfectamente. No tenían miedo".

Durante el transcurso de la búsqueda de dos actores por Utah y Los Angeles para interpretar a los tenaces perseguidores, Kulukundis dió con otra familia que modificaría el aspecto de la película. "Conocí a un tipo de Utah que estaba en Los Angeles haciendo interpretación, y me comentó que tenía dos hermanos, todos ellos rubios y mormones". Volvimos a escribir el guión para encajar a los cuatro hermanos buscando al hombre con siete hermanas.

Para darle a éste equipo creativo un punto de partida visual antes del comienzo de la producción, Anderson vio una gran cantidad de diferentes películas, desde cortometrajes de Ernie Kovacs a Help! y Carefree de Astaire & Rogers. "Vimos toda una gama de películas y nos inspiramos un poco en cada una de ellas", dice el diseñador de vestuario Mark Bridges. "Lo mezclamos todo para que más tarde Paul lo usara como quisiera".

Bridges siguió el ejemplo de sus musicales de los 40, cuando creó el vestuario para los papeles principales, sobre todo con respecto a los trajes azules de Barry. "Los diseños con azules el algo que no se hace muy a menudo porque es un color muy delicado para las películas. Pero nos funcionó muy bien porque Paul estaba muy interesado en reproducir los aspectos del tecnicolor. Si te fijas en On The Town o en An American in Paris, en aquel momento no tuvieron miedo de usar colores".

Un enfoque similar de colores se usó para la ropa de Lena, a pesar de que su aspecto se suavizó con faldas sencillas y conjuntos de jerseys de cachemir. Bridges explica, "me gusta la idea de vestir a los personajes de la historia romántica haciendo juego. Así, se refuerza lo que es obvio para todos menos para Barry y Lena: que están hechos el uno para el otro".

Punch-Drunk Love se rodó, en su totalidad, en localizaciones de San Fernando Valley, Utah y Oahu. Entre la gran cantidad y diversidad de lugares se usó un oscuro almacén en San Fernando, el cual fue transformado en el lugar de trabajo de Barry, una residencia en Northridge que sirvió como casa de las hermanas y unos almacenes de colchones que hicieron de centro de operaciones en Utah del personaje de Philip Hoffman. El diseñador de producción William Arnold comenta, "Paul se sirve de ciertos lugares viendo una veracidad que les permita ser lo que ya son. Por eso, no cambiamos mucho ninguna de las localizaciones excepto la casa en Northridge, donde tuvimos que tirar un par de tabiques para colocar las cámaras en un cierto ángulo. Por suerte, fuimos capaces de encontrar a gente dispuesta a cooperar con nosotros".

Para los apartamentos de Barry y Lena, el equipo de producción registró el valle en busca de dos o más sitios anodinos. "Ambos apartamentos son genéricos, pero por diferentes motivos", explica Arnold. "Como no está muy claro de donde viene ella, no quisimos dar ningun tipo de pista sobre la historia de ésta. Mientras, la casa de Barry refleja la insipidez de su vida, por lo tanto no se ve ninguna pasión en las paredes ni en el mobiliario".

Las localizaciones de Ohau le dió al equipo de diseño la oportunidad de adoptar totalmente la influencia del tecnicolor. Arnold dice, "Paul quería que Hawaii fuera la antítesis del minimalismo, por eso buscábamos impresionantes puestas de sol y flores, cualquier cosas que sirviera de huída romántica para Barry y Lena. Nos las arreglamos para encontrar un gran hotel que no necesitara ningún tipo de decoración, en un lugar maravilloso, y con un bonito mobiliario.

Como en todas las películas de Anderson, la música juega un papel vital en los matices estéticos de PUNCH-DRUNK LOVE. "Cuando Paul hace películas, la música de ésta ya la tiene en su cabeza, es una parte enorme y esencial de su trabajo", dice Sellar. Tan esencial para su proyecto que, de hecho, Anderson le pide a su amigo y habitual colaborador Jon Brion (Magnolia) que cree una música provisional para que se oiga en los rodajes durante la producción. El compositor explica, "Paul sugirió diferentes ritmos, luego mi ingeniero y yo grabamos una serie de piezas de percusión de 10 minutos que los actores escuchaban entre tomas para darles una idea del ritmo de la escena". Los temas provisionales se crearon usando diferentes instrumentos, batería y piano, un proceso desarrollado por John Cage en el cual un objeto, como pueda ser un destornillador, se coloca en, o alrededor, de una cuerda para aumentar la vibración, duración y tono.

Por ultimo, los elementos de percusión, además de algunos acordes, se acortaron y montaron con la película, un enfoque que hace todo menos borrar la línea entre la partitura y el diseño de sonido. Brion explica, "Les daba a Paul y a Leslie Jones montones de piezas muy cortas, de 3 a 5 segundos, que eran sonidos esenciales que podrían colocar a su gusto. Es decir, era un proceso muy orgánico en el que se veían involucradas muchas personas."


Entrevista a Paul Thomas Anderson


Hace tres años se llevó una sorpresa con el éxito de crítica y público que supuso Magnolia, pero un par de años antes ya había saboreados las mieles del éxito con Boogie Nights. Ahora nos presenta otra película de género extraordinario, una cinta que parece más bien el retazo de una obra de Dalí, entre romántica y absurda, pero con sentido oculto. No se creerían quién la protagoniza: en la parte femenina, Emily Watson , y en el lado contrario, el histriónico Adam Sandler.

Seguro que se lo han preguntado ¿Por qué pensó en Adam Sandler para este papel?
Paul Thomas Anderson: la verdad es que tengo un montón de razones para pensar en él. Siempre me ha gustado y le he dado el beneficio de la duda tras haberle visto en el "Saturday Night Live", un show televisivo americano de humor. Antes hacía cosas para niños, pero después se fue al Saturday Night Live y yo siempre sé cuándo estoy delante de alguien especial. Esa es la razón por la cual algunas estrellas se convierten precisamente en estrellas. Es una especie de virtud magnética. Adam es muy dulce y tímido, aunque puede volverse muy airado en un momento determinado. Es un actor fantástico con el que me encantaría volver a trabajar.


¿En función de qué elige a sus actores?
Paul Thomas Anderson: que sean buenos (risas), pero siempre hay actores estupendos de los que tienes referencias. Los hay que sabes que son difíciles. Pero siempre encuentro algún personaje con el cual quiero trabajar por algún motivo, gente con la que quieres colaborar. Es algo que me ha pasado con Adam Sandler y Emily Watson. Pero la verdad es que para valorar bien a alguien tienes que trabajar al menos un tiempo con esa persona. Que sea buena en su trabajo tampoco implica que desees cenar con él. Ese es el criterio.


¿De cuáles de los actores con los que ha trabajado le gustaría repetir y con cuáles no? Me gustaría que me diera nombres concretos.
Paul Thomas Anderson: puede sonar un poco típico, pero tengo planes para volver a trabajar con Adam y con Emily. Nunca volveré a trabajar con Burt Reynolds.


¿Por qué?
Paul Thomas Anderson: era como una patada en el culo.


Embriagado de amor tiene, a mi parecer, un punto surrealista. ¿es así?
Paul Thomas Anderson: sí claro, tiene algunos puntos. La realidad tiene siempre un punto de surrealismo igual que los cuentos de hadas tienen a veces un fondo de verdad. No existe la pura realidad y tampoco la pura irrealidad. Puedes tomártelo como si fuera una fábula, así que sí, en parte pienso que le he dado este punto de forma consciente.


¿Qué significa la pianola?
Paul Thomas Anderson: (suena el teléfono y lo coge) pues significa que si tienes un poco de suerte en la vida, a lo mejor puedes escuchar música (y ahora habla con el que le llama por teléfono: ¿qué? ¿alguien quiere verme? Pues que suba.



¿Y las natillas?¿Tienen algún significado especial?
Paul Thomas Anderson: pues o, al menos no para mí. Las natillas son una ironía, una mueca a eso que Adam dice en la película: "las natillas tienen su espacio en este mundo". Es una cosa tan cotidiana y tan pedestre, tan tonto, incluso puedes ver en ellas alguna belleza. Son la personificación de ese ser que no ha dejado su casa en la vida. Creo que viajar aquí, en Europa, tiene otro sentido que en América. Para un chico, viajar a Europa desde América es un gran reto, pero en Europa, esto es diferente, más frecuente. Las natillas son lo que te motivan a dejar tu casa, o mejor, la promoción de una línea aérea.


En algún momento, Adam Sandler dice que "ahora es más fuerte porque tiene un gran amor en su vida" ¿Comparte usted esa filosofía?
Paul Thomas Anderson: desde luego.


¿Me lo puede explicar?
Paul Thomas Anderson: creo que cualquiera que encuentra un gran amor se siente más protegido, y por lo tanto más fuerte. Te hace reflexionar sobre quién eres.


posted by maldeojo, 13:24

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